sábado, 25 de febrero de 2017

FEUDALISMO

                                Feudalismo

Se le denomina feudalismo a la forma especial que adquirió la organización social de los países europeos, durante la Edad Media y que consistió en la aparición de dos grandes clases: los Señores y los Vasallos. Tras la desintegración del Imperio Carolingio, la debilidad de los reyes se hizo evidente. Sus sucesores se vieron obligados a ceder gran parte de su autoridad a los condes y marqueses, para obtener su apoyo. Para asegurarse la lealtad de estos nobles, los monarcas les entregaron tierras: los feudos.
Por otro lado, las invasiones de vikingos, sarracenos y húngaros, aumentaron la inseguridad general, lo que obligó a los reyes a encomendar a los nobles la defensa de sus territorios.

              Características del feudalismo
El feudalismo no evolucionó de igual manera, ni surgió ni terminó al mismo tiempo en Europa Occidental. Sin embargo, este sistema social, económico y político tuvo características similares en todos los países:

·         El poder central desapareció y se fragmentó en los distintos feudos. En ellos, el señor acaparó las funciones propias del Estado, como, por ejemplo, legislar, imponer impuestos y administrar justicia.
·         Los lazos de dependencia se hicieron personales: desapareció la concepción del hombre ligado a un estado y a unas leyes territoriales y se originó la dependencia de un hombre con respecto al otro.
·         La tierra adquirió una enorme importancia económica al disminuir el comercio y la circulación monetaria. Por eso, la agricultura fue la base de la economía. La vida rural predominó frente a la urbana.
·         La economía fue de autoconsumo, pues cada feudo consumía única y exclusivamente lo que producía.
·         La sociedad, fuertemente jerarquizada, fue dominada por dos grupos sociales privilegiados: la nobleza y el clero.
·         La Iglesia católica se consolidó como una institución de enorme poder religioso, político y económico.
La Sociedad Feudal: La Nobleza Guerrera
El feudalismo se constituyó sobre la base de tres estamentos claramente diferenciados: los nobles, a quienes les correspondía combatir, los eclesiásticos, destinados a rezar y los campesinos, cuya misión era trabajar para mantener a los demás.
La nobleza feudal estuvo constituida por señores y vasallos que participaban de las relaciones de vasallaje: a su cabeza estaba el rey, que no era vasallo de nadie y que, teóricamente, era señor de todos. Entre los miembros de la nobleza había grandes diferencias, aunque todos formaban parte de la aristocracia.
Los grandes vasallos eran los condes, vizcondes, duques y marqueses dueños de extensos feudos. En el nivel intermedio, se encontraban los vasallos de los vasallos o vasvessores, con feudos más pequeños. Por último existían los vasallos menores, los caballeros, que eran la mayoría. Éstos no tenían feudos ni vasallos, pero iban a la guerra a caballo y con un equipo de armas importante.
Toda la nobleza feudal era guerrera por necesidad, por deseo de aventura y por avidez de botín, y se educaba en este espíritu. La guerra representaba para ella una perspectiva de fama y de fortuna, en tanto la paz era considerada una desdicha.
La morada feudal, el castillo, estaba concebido para las exigencias de defensa y de combate. Las ocupaciones cotidianas se limitaban a la administración de justicia y a la vigilancia de os subordinados. Los periodos de ocio eran prolongados, y durante los mismos el señor se dedicaba a las diversiones, sobre todo a la caza y a los torneos.

                    ECONOMÍA 

La agricultura y la gran propiedad fueron las bases de la economía feudal. Mientras la población se mantuvo en cifras bajas no fue necesario ampliar la superficie de cultivo, pero a partir del siglo XII se hicieron necesarias nuevas roturaciones. Las técnicas de cultivo continuaron siendo las utilizadas en la época romana, salvo en el mundo islámico, que desarrolló la técnica del regadío, con nuevos instrumentos, como la noria. Los campesinos tendían a hacerse sus aperos de labranza. Los musulmanes introdujeron, lentamente, el cultivo del algodón, la caña de azúcar y la seda. Además, no hubo integración de agricultura y ganadería, por lo que los abonos eran escasos y las cosechas exiguas. El ganado era poco y caro, sobre todo el de animales grandes. En España, se reguló la explotación ganadera, ovina principalmente, con la institución de la Mesta, en el año 1273.
En torno a los pueblos se estableció un sistema de explotación de la tierra, muy parecido en todas partes. En los alrededores inmediatos del pueblo se encontraban las huertas de frutas y hortalizas, las mejor regadas y abonadas, que se cultivaban de forma intensiva. Luego se situaban las tierras dedicadas a las leguminosas y los cultivos de regadío, más lejos estaba el cereal de secano, trigo y escanda, más allá los pastos y baldíos, y por último el bosque, que proporcionaba leña y caza.
Las órdenes religiosas tendieron a favorecer la roturación de tierras. En general las explotaban directamente, por medio de campesinos jornaleros. Mientras tanto, los señores feudales tendían a explotar sus tierras de manera indirecta, por medio de: arrendamientos, prestimonios, enfiteusis o foro, robassa, morta, aparcería, etc.
A partir del siglo XIII se comienza a renovar el utillaje, y empieza a utilizarse la mula, en lugar del buey, como animal de tiro.
Los productos básicos fueron los cereales, la vid y las hortalizas, pero también, el aceite, la miel, la sal y la pesca. La sal y las especias eran fundamentales para la conservación de los alimentos. Estas eran las principales mercancías de los mercados.
La crisis del poder y el clima de inseguridad, sumados a la decadencia del comercio y de la industria, contribuyeron al nacimiento de un nuevo sistema social, económico y político, el feudalismo, y de una institución: la caballería.
El feudalismo se basó en una relación social característica: el vasallaje. A través de ella, un hombre poderoso ofrecía protección a un hombre más débil que, a cambio, le juraba fidelidad. El primero era el señor, el segundo se convertía en vasallo. El feudalismo alcanzó sus formas más características en los siglos XI, XII y XIII.
   El Vasallaje





La vinculación de relación social a la nobleza feudal se llamó vasallaje. El origen del vasallaje, que fue un vínculo personal de hombre a hombre, se remonta a los pueblos germánicos, cuyos miembros se vinculaban al rey por lazos de fidelidad personal. En los reinos francos, el vasallo ofició de guerrero y fue utilizado por los reyes, como Carlomagno, para afianzar su poder en el reino.



En la época feudal, el vasallaje dejó de ser una práctica necesariamente vinculada al rey y pasó a convertirse en un contrato o compromiso verbal entre dos hombres libres: el primero solicitaba protección al señor, y éste, más poderoso, se la daba.
De esta manera, se fue formando una jerarquía social, cuya característica principal consistió en que los hombres libres se convertían en vasallos de otros más poderosos.
Los deberes y los derechos
                        
A través del contrato de vasallaje, el señor adquiría poder sobre el vasallo, pues éste le prometía fidelidad, obediencia y respeto pero este contrato determinaba, también, ciertas obligaciones y derechos por ambas partes.
Mientras el vasallo se comprometía a apoyar a su señor con consejos y ayuda militar y económica, el señor, por su parte, se comprometía a proteger al vasallo y a entregarle una compensación material que dependía de su generosidad: caballos, armas, vestidos lujosos y sobre todo,, tierras.

miércoles, 22 de febrero de 2017

EPICA

                   
                         
                                                                  Épica


La epica es un genero narrativo en el cual se representan hechos legendarios o ficticios relativos a las hazañas de uno o mas héroes y a las luchas reales o imaginarias en las cuales han participado.
La manera de expresión mas tradicional fue la narración en verso.


                                                   Características de la Épica




Alternancia de discursos que tiene como origen la observación aristotélica de la diferencia entre mímesis y diégesis, es decir, entre narración y descripción
  
  1. Pueden basarse en hechos verdaderos.
  2. La narración se realiza en pasado.
  3. El narrador puede aparecer en la obra o no. No está siempre presente, como en el género lírico, pero tampoco desaparece por completo, como ocurre en el genero dramático.
  4. La forma que se utiliza preferentemente en la obra literaria épica o narrativa, es la prosa o el verso largo ( hexámetro, verso alejandrino...)
  5. Tiende a incluir todos los géneros (lírico, dramático y didáctico), razón por la cual suele ser de mayor extensión.
  6. Puede presentar divisiones en su estructura externa tales como capítulos, epígrafes..
  7. Posee las siguientes variantes o subgéneros: epopeya, cantar de gesta, romance, cuento tradicional, mito, leyenda, relato, novela.  Cada uno, a su vez, cuenta con diferentes tipologías o clases de textos, especialmente el mito, el cuento tradicional, y la novela.
  8. Puede ser de dos formas: directa e indirecta.
  9. También puede ser de carácter ideológico.
  10. Mezcla lo real con lo fantástico.
  11. Magnificación de la figura del héroe, a través de las hazañas que realiza.
  12. La mayor parte de estos contienen como personaje principal a un héroe.                                                                                                                                                                                                                            Los rapsodas 

           En la Grecia Antigua (más o menos durante el primer milenio antes de Cristo) un rapsoda era un recitador o pregonero ambulante que cantaba poemas homéricos u otras poesías épicas. Los aedos también lo hacían, pero a diferencia de los rapsodas los aedos componían las obras que declamaban. Los rapsodas se limitaban a declamar y recitar las obras de otros. A Homero se le consideraba un rapsoda ya que recitaba los dos poemas épicos por los que es conocido hoy en día: la Ilíada y la Odisea. También los transmitió por escrito[cita requerida] puesto que han llegado hasta la actualidad, pero no se tiene constancia de que él fuese el autor original y por eso se le considera más un rapsoda que un aedo.
Los rapsodas, como así lo hacía seguramente también Homero, recorrían las ciudades de la Hélade prestando sus servicios como poetas y cantores, por los que recibían honorarios. También recitaban sucesos del pasado resaltando así las figuras de reyes y próceres de sus pueblos. En resumen, cantaban y recitaban en las fiestas populares, ferias y talleres. Se referían a la historia de la comunidad, las hazañas del país y triunfos militares. A diferencia de los aedos, no utilizaban acompañamiento musical sino que estaban sujetos a un texto escrito, por lo que no podían improvisar. Los rapsodas utilizaban el rapdos, una vara para acompañar su canto. Por lo general, eran poseedores de una memoria prodigiosa, al menos en la época en que la escritura no estaba todavía inventada en Grecia y la memoria y la oralidad eran las únicas herramientas posibles de transmisión de cantos y poemas.