miércoles, 21 de junio de 2017

La expansión del imperio Inca

LA EXPANSIÓN DEL IMPERIO INCA




Luego del ataque y la guerra con los Chankas, los Incas del Cuzco, comenzaron a conquistar cada vez más territorio, que terminó formando la unidad política más grande de la América pre hispánica . Esta unidad la lograron aplicando principios andinos milenarios como el de la reciprocidad. La palabra “ Tawantinsuyo ”, que significa “las cuatro partes del mundo”, era un concepto ceremonial o religioso. Cada ciudad conquistada, o cultura en términos más amplios, mantenían sus gobernantes, sus propias formas de organización y expresiones culturales, pero se relacionaban con los Incas del Cuzco. Los Incas representaron la síntesis del desarrollo milenario de la Cordillera de los Andes . Teniendo expresiones culturales y organizacionales, particulares que lo diferencian de las culturas antecesoras como los Wari y Tiahuanacos y de los más lejanos como Chavín.

Los Incas usaron diversas estrategias de anexión territorial, una de ellas era la conquista militar, pero no la única; la acumulación y distribución de productos diversos, el prestigio religioso, social y cultural, las alianzas, etc., fueron otros métodos de conquista. La consolidación de las conquistas, parece ser que se basaron en el justo equilibrio de los factores que intervenían en la misma. Muchas de las costumbres del hombre peruano, provienen de esta larga tradición cultural andina.

Para la conquista militar, los Incas mantuvieron un poderoso ejército, que estaba al mando de gente de confianza del Zapa Inca; en el “Portal Fuenterrebollo”, se puede leer: “ Los soldados tenían un entrenamiento riguroso. Tenían varios tipos de armas: jabalinas con propulsor, boleadoras, mazas con cabeza estrellada de bronce o hachas de filo, lanzas con punta de cuero, hondas para arrojar piedras y arcos y flechas. Para protegerse usaban escudos y cascos de madera y corazas de algodón acolchadas ”
La conquista del Tawantinsuyo, se llevó a cabo en un lapso de cien años. Para ello el Imperio Inca contó con un poderoso ejército organizado y con unidad de mando y acción, y, evidentemente una organización política bien estructurada, al igual que la administrativa, que incluía los tributos para sostener al Estado Inca. Sumado a lo anterior, dieron importancia suprema a la red de caminos para uso militar y para las comunicaciones, además de un idioma común, y una serie de expresiones religiosas que terminaron por cohesionar el Imperio.


Existió una especie de Servicio Militar Obligatorio, para los hombres en edad militar a los que se les denominaba “runa” o súbdito del Estado. La edad militar abarcaba desde los 18 hasta los 50 años. En su época de mayor apogeo, el Imperio Inca contó con un ejército de línea de 200.000 hombres.

LAS CONQUISTAS TERRITORIALES DEL EJÉRCITO IMPERIAL INCA

Durante esos cien años de conquistas y consolidación del Imperio Inca, se puede observar tres partes definidas: la consolidación y primera expansión, la segunda expansión y la tercera expansión. La primera expansión corresponde a los Zapa Incas Sinchi Roca y Lloque Yupanqui. La segunda expansión, se da durante los gobiernos de los Zapa Incas Mayta Cápac, Cápac Yupanqui, Inca Roca Yahuar Huácac y Viracocha Inca. Finalmente la tercera expansión, estuvo a cargo de Pachacuti Inca Yupanqui, el más grande conquistador Inca, Inca Yupanqui, Túpac Inca Yupanqui y Huayna Cápac. Y según parece, los Zapa Incas Huáscar Inca Yupanqui y Atahualpa Inca, se dedicaron a guerras intestinas hasta la llegada de los españoles (ver Conquistas del Imperio Inca ).



REPERCUSIÓN DEL´PROCESO DEL MESTIZAJE.





Como base, la historiadora investiga las numerosas relaciones esporádicas que voluntariamente brotaron durante esos años, «de las cuales comenzaron a surgir los mestizos y las mestizas: es decir una nueva raza, o casta, mezcla de la amerindia y de la europea». Lo más curioso es que el mestizaje ya existía entre los incas: según han demostrado los análisis científicos de la momia Juanita de Arequipa -una joven ofrendada hacia 1450 al apu o monte Ampato-, «su padre procedía de Corea y su madre era natural de Puno, ciudad situada al sur del actual Perú. Este dato revela una realidad de la historia de América poco conocida en España, tristemente: la navegación de los pueblos del Pacífico», añade la historiadora.

En el Caribe, por otra parte, los caciques entregaban a sus hijas a los capitanes una vez que establecían la paz con los españoles. De estas uniones surgieron algunas apasionadas historias de amor «como la de Alonso de Ojeda y Guaricha, bautizada Isabel; la de Vasco Núñez de Balboa con Anayansi, hija de cacique de Caretas, y asimismo la relación que Diego de Almagro mantuvo en Panamá con una mujer aborigen, de la que nació su hijo Diego de Almagro el Joven. Y en Perú también, según reivindica Martín Rubio. El gran cronista Garcilaso de la Vega Inca era hijo de la princesa Isabel Chimpu Ocllo y del capitán Garcilaso de la Vega, pariente del poeta de igual nombre», o los hijos que los hermanos de Francisco Pizarro, Juan y Gonzalo, tuvieron con señoras pertenecientes a la nobleza inca.

Las princesas incas estaban rodeadas por el lujo y el misterio en aquellos primeros años de conquista. «Según relata el cronista Pedro Pizarro, las que Atahualpa llevó a Cajamarca cuando fue hecho prisionero eran muy hermosas, tenían los cabellos largos y caídos sobre los hombros; sus túnicas estaban adornadas con piedras preciosas y llevaban los rostros ocultos por máscaras de oro fundido». El Inca escogía a las más bellas del imperio. Su alto rango social «constituía un gran atractivo para los conquistadores, máxime al legalizar sus propiedades la corona española» con el matrimonio mestizo.El propio Francisco Pizarro «no se libró de caer rendido ante los encantos de dos de aquellas princesas, cuando ya era un hombre de edad avanzada y, aunque no se casó con ellas, las tomó por esposas en los últimos años de su vida», agrega la historiadora. Desde luego, cualquiera que fuese su intención, en los albores de la sociedad hispánica en América se promovió el mestizaje desde la cúspide social. No solo era una cuestión simbólica que reflejaba el encuentro de dos mundos, sino también una herramienta de legitimación de un poder que sin duda estaba en plena transformación. Y la legitimación a través del matrimonio, recordemos, era un modelo para hombres que servían a los Reyes Católicos y sus hijos, que la habían practicado logrando que su reino, España, cobrase una nueva dimensión





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1 comentario:

  1. Las princesas incas estaban rodeadas por el lujo y el misterio en aquellos primeros años de conquista. «Según relata el cronista Pedro Pizarro, las que Atahualpa llevó a Cajamarca cuando fue hecho prisionero eran muy hermosas, tenían los cabellos largos y caídos sobre los hombros ideandando.es/contenedor-organico-que-tirar/

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